miércoles, 13 de abril de 2011

Antonio Prats Ventós: Natalia Conde



Por: Antonio Prats Ventós

Desde un principio, cuando ella estudiaba en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, nos dimos cuenta los profesores, que era algo especial. Tenia una actitud inquisitiva que iba mas allá de nuestras respuestas. No se limitaba a lo que le enseñábamos, basado en un programa, sino que trabajaba más de lo que le pedíamos y preguntaba más de lo que podíamos contestar.
Años de experiencia con alumnos nos hacían intuir que Natalia Conde iba a ser artista.
Tengo que aclarar que las Escuelas de Arte enseñan oficio para facilitar la expresión en cualquier manifestación artística, porque no son fabricas de artistas. Esto depende de la sensibilidad de cada persona, de su imaginación creadora, de su capacidad de trabajo y de su sentido de lo bello, sin importar las incidencias del diario vivir. Tiene que hacer su obra apasionadamente todo el tiempo.
Y este es el caso de Natalia.
Su personalidad, su soltura, los formatos y su dedicación constantes nos permiten asegurar que aquella promesa que nos hizo creer a sus profesores que teníamos UNA ARTISTA -con mayúscula- en formación, ha sido cumplida con creces. Sigue así Natalia.
5 de septiembre del 1998.






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